Delio Valdez, La Plata y la Cumbia Rebajada

Para LDV ir a La Plata es un verdadero placer. Porque si hay algo que se puede afirmar sin temor al yerro es: si vas a La Plata con una anécdota te volvés . Y ojo… no es dato menor.

Y el Sábado 20/8 no fue la excepción, ya que nos dejo un cúmulo de situaciones para el recuerdo que escribirlas todas sería estropear la quintaesencia de la estetica blogera, mientras que resumirlas sería estropear el fenómeno, vaciarlo de contenido, quitarle su vida, su movimiento...

Podríamos hablar del viaje, como lo hicimos aca, o del show mismo que tuvo sus grandes momentos por cierto (ni que hablar cuando subió la reconocida escuadra cumbiera Les Minon a compartir una cumbita con LDV). Una fecha craneada, pensada, de tiza y pizarrón (la foto lo atestigua), con táctica y estrategia, circulación de balón, gambeta y centro, cabezazo y gol.

Y ya que tiramos la piedra refiriéndonos a cuestión alguna (sin precisar cual), vamos a hacer el esfuerzo de detenernos en algún pensamiento que quedó en el tintero, esperando que la compasión de la pluma benévola no le permita esconderse a la mano.

Resulta que, luego de tocar, se acercó el DJ (nos vamos a dar descripciones físicas porque sería muy sencillo para ud., atento lector,  deducir su identidad), a pregonar entre la muchedumbre envilecida por los ritmos de la cumbia, que su objeto en la vida es difundir la música de Landero. Y el lector atento entenderá lo noble de su causa, en tanto no esconde un ápice de vanidad: la música del maestro tiene la capacidad de curar los corazones cumbieros.

Hay algo en la música de Landero que lo hace distinto, y la verdad… no se que es. Sin embargo quisiera referirme a lo siguiente. El maestro Landero maneja la cuestión del tiempo en el transcurso de un tema con una libertad digna de mención.  

Ni bien un empieza a bucear en su música, empieza a sentir que el tiempo es inestable, guiado por la melodía, subordinado al sentimiento, expresando un estado de ánimo. A veces avanza con una furia arremetedora, y otra se apacigua hasta hundirse en una densa oscuridad.

Quizá, y acá prevenimos al lector dado que hemos arremetido con teorías totalmente falaces, sea esta densa oscuridad la que inspiro a los mexicanos a introducir un género novedoso en el estilo que nos convoca: la cumbia rebajada.

(Breve introducción al mexicano: piel moreno, generalmente de bigote puntiagudo. Astuto, hábil, de rápida respuesta. Suele beber hasta altas horas de la mañana. Utiliza abundantemente palabras como manito, buey y chingada. Altos cumbieros desde ya. Y lo que vale la pena decir: supieron recibir el influjo de la cumbia colombiana, al igual que nosotros, a mitad del siglo pasado, cuando las orquestas comenzaron a emigrar de Colombia buscando sellos discográficos… Y ojo: Corraleros, Landero, etc.…Flor de influjo).

La Cumbia Rebajada consiste básicamente en agarrar una grabación original de un tema cualquiera y realentar deliberadamente el tiempo y el tono de la canción (por parte del DJ). El anecdotario sobre los orígenes de este estilo, lo puede encontrar aca o aca… Sabor a Cumbia le hace una sugerencia gourmet al lector gustoso de la cumbia espesa: métale un buffer al equipo y saque a bailar a la doña con una rebajá de Landero.

Finalmente nos despedimos de esta larga diatriba, que empezó sin rumbo definido por el extremo sur del continente y, luego de pasar por México, termina en la costa caribeña; recomendando este video de Aniceto Molina, quien le dio una vuelta de tuerca más al asunto: se grabó una cumbia rebajada. Cosadenocreertoscolombianos…